La flor

Pidió el café de siempre, ese que el aire ya sabe que va a oler.
Toma un sorbo y luego piensa, que flores le esperan, cuales se marchitarán,
y esa duda lo consume… él no sabe… no conoce el secreto de la flor.
Las flores detrás de los pétalos esconden un enigma infinito

que ningún hombre puede descifrar…
Las observa.
Todas distintas, diferentes siluetas y colores,

pero todas conectadas por el secreto que forma un éxtasis nocturno

en su mente, en su sangre, en el fondo de su océano.
No puede evitar la admiración que ellas le provocan…
no puede evitar gozar al verlas acariciadas por el viento,

irradiando luz, envueltas en una explosión de color.
Él se sienta todos los días en el bar de su alma intentando descubrir,

la forma de entenderlas y saber como manejarlas,

hasta si es necesario como deshacerse de ellas;

pero la flor da sensación de debilidad, y es por eso que él no puede destruirla.
La flor le provoca el deseo de buscarla,
de amarla y besarla,
de enredarse en su contextura perfecta y hacerle el amor hasta que la luna los encuentre.