¿Llegamos al sol?

¿María a dónde vas?
¿Vas a encontrarte con el mar?
¿Vas a romper el viento?
Quizás vayas a recoger flores… las blancas…
esas que te gustaban…
aquellas que llenaban de paz los eternos inviernos que invadían tu ser.

María… corrías y juntabas los pétalos de amor que el viento te quitaba…
pero eras feliz…
Me lo decían tus ojos, me lo decía tu pelo…
tus rulos bailaban con el sol…
tu sonrisa naturalmente perfecta iluminaba cualquier oscuridad que se acercara,
y tus manos… tus manos María… ¿podría encontrar algo más hermoso en el mundo?

Nada más dulce que verte llorar…
pero lo dulce es cruel y lo cruel es tentador… tanto… que por eso pienso,
que quizás busqué lastimarte para tener algo de vos… en mí…
y darte un poco de mi sangre, de mi ruido, de mi locura…

Tenías todo lo que yo necesitaba María…
¿Cómo fue que no te diste cuenta?
¿Cómo fue que necesitaste palabras para saber lo que yo te amaba?
¿Por qué no te alcanzaron mis silencios?
Hoy quiero hablarte… quiero… pero no estás…
O en realidad si, pero tu presencia es fugaz
se va y aún quedo sintiendo tu olor,
me quedo sola observando tu figura en un cuadro que vos no ves…

¿Dónde estás...
hoy?
¿Dónde? ¿Puedo encontrarte?