La vie

Que más puedo hacer que entregarte un absurdo mar de lágrimas y estas inútiles palabras... Que estúpida me siento hoy y que inservible, cuando lo único que pude hacer fue escuchar como me dijiste que grande me veías... Sólo darte una sonrisa que no valió nada, y un suspiro confundido de melancolía intensa y tristeza, por no poder entender esta vida, por recordar a tu sol que se fue no se a donde, y vos tampoco lo sabes, y me cuesta aceptar que estas cosas pasan y que no somos más que un montón de mortales disparando por las calles y nadando en estos mares... Soy esa mujer que mantiene sus caprichos de niña y grito que alguien me de una explicación pero es silencio lo que recibo, es que nadie puede darmela, nadie la tiene... Al costado el cielo, esperando un poco de luz, y brillan almas suspendidas en esta amarilla arena que a veces nos hunde tan profundo, y porque... Porque nos hundimos y nos desesperamos, si en realidad no sabemos que es lo que pasa después, quizás seamos algo egoistas, pero la realidad es que lloramos porque amamos, porque el infinito es ahora y lo eterno existe, existe en el barro o en la esencia, en nosotros o en el agua. Me acuerdo de su juventud, de su rostro y sus palabras; y de tus ojos, de tu mirada sin rumbo, de tu desolación. Siempre serás padre, siempre tendrás fuerza, siempre sentirás brillar el sol... tu sol.