25.4.07

Noche

Mientras te espero acá sentada en tu puerta, pienso…
Pienso en el destino, y en eso que vos llamas casualidad; en las terribles discusiones que esto nos produce, desencadenando batallas sin vencedores… sin vencidos.
Sin embargo, me atrae discutir con vos; hasta algunas veces me excita verte gritar y llorar de ira e impotencia cuando la situación te sobrepasa, entonces te tiras al piso y al verte enojado y de por si tan débil, me entrego a vos como tu presa, como si fueras mi depredador, y cambiando los roles en un instante, la debilidad me envuelve y me deja a tus pies esperando que decidas que hacer sobre mí; si salvarme… si besarme… o simplemente matarme.
Cierro los ojos.
Disfruto el silencio pero pienso cual será tu ataque… Intento descubrir tu estrategia.
¿Podría hacerlo?
Ser tan impredecible te condena a ser el hombre más predecible que conocí.
¿Qué surgirá esta vez?
Me gusta someterme a vos.
Me apasiona crear absurdas huidas cuando se que tu boca me cierra cualquier ruta…

Ahí estás… te vi… diste vuelta la esquina.

1 comentario:

Anónimo dijo...

la sospecha de un destino que no conocemos supone la existencia de alguien que conoce el fin de ese plan.... la pregunta sería ahora, si verdaderamente somos actores de un plan ajeno, o si solo buscamos lo que ansiamos sin darnos cuenta..